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¡LAS MUJERES JIRAFA!
En Birmania son famosas las Mujeres Jirafa o Padaung. Forman parte del grupo étnico Karenni.
En Birmania son famosas las Mujeres Jirafa o Padaung. Forman parte del grupo étnico Karenni.
Durante la década de los noventa, debido al conflicto con el régimen militar de Birmania muchos miembros de la tribu huyeron a Tailandia.
Ellas y su pueblo sobreviven hasta la fecha con las limosnas que reciben de los curiosos turistas que pagan por observar a dichas mujeres que tienen un adorno de latón en espiral que rodea su cuello.
Estos anillos separan peligrosamente las vértebras cervicales y los usan desde los 5 años de edad, que es la etapa cuando comienza su “embellecimiento”.
Conforme van pasando los años, les añaden anillos hasta que el cuello se les alarga más y más.
LO HACEN PARA SOBREVIVIR
En un principio, el gobierno birmano trató de hacer que desapareciera ésta costumbre, intentando cambiar la estampa de país poco desarrollado por uno moderno.
Pero debido a la crisis, muchas mujeres siguieron con la tradición, ya que los turistas las buscan y les dan lo que necesitan para sobrevivir.
Por ello, el gobierno vio un negociazo muy rentable en las famosas mujeres de cuello de jirafa y cambió de opinión. Ahora hasta no dejan que se pierda la tradición.
Según los varones, los collares se consideran joyas, y cuanto más largo sea el cuello, mayor es el atractivo de las mujeres, puesto que, aparte de resaltar la belleza de quien lo llevaba, era prueba de una sofisticada distinción.
DESEADAS POR LOS RICOS
Algunas mujeres jirafa son pretendidas por hombres de posición muy acomodada, quienes prácticamente las compran a sus familias, se casan con ellas y las rodean de lujos y comodidades.
Pero muchas de ellas no corren con tal suerte, pero aún así, lo que reciben de los turistas les da para vivir bien.
Una mujer llegó a ponerse 27 collares, una marca que no ha sido todavía inigualada, que pesaba unos nueve kilos y que estiraba el cuello unos diez centímetros.
LA VERDAD DE LOS CUELLOS
En realidad, los collares no aumentan la separación entre las vértebras del cuello sino que oprimen la clavícula hacia abajo, incluyendo la cavidad de las costillas, creando así el efecto de un cuello muy estirado.
Hoy en día, sólo un puñado de ancianas conoce la peligrosa técnica para cambiarse los collares, lo que suele hacerse en celebraciones en noches de luna llena.
Las mujeres jirafa tienen qué vivir con sus collares hasta el último día de su existencia, ya que su cuello es tan débil y sus músculos están atrofiados que si se los quitan, corren el peligro de desnucarse o que su cuello se rompa y de esa manera pueden morir.
El adulterio es motivo de muerte. Se han dado casos de mujeres jirafa adulteras a las que les han quitado sus collares como castigo para producir la muerte por asfixia.
Soportan sus anillos de por vida, en aras de lo que ellas creen que es su gran belleza y su forma de vivir…