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Últimamente pululan vídeos por la red donde las mujeres profesionales, que han llegado a cierto estatus socio-económico, se lamentan de que "ya no hay hombres"
Este fenómeno es muy sencillo de entender:
1- La Hipergamia, ya sea como cualidad genéticamente heredada o como tendencia cultural femenina, lleva a la mujer a desear para sí a un hombre de mayor estatus que ella misma; el hombre de mayor estatus al que pueda aspirar dentro de su campo de visión.
2- Una mujer que lleva adelante una carrera profesional, se encontrará un día con que ella misma ha llegado a un alto nivel de estatus socio-económico.
3- Dado que ella ahora es percibida por sí misma y por su contexto inmediato con un alto estatus, sus posibilidades de encontrar a un hombre de mayor estatus que ella misma, de acuerdo al anhelo intrínseco de su Hipergamia, se reducen considerablemente. En efecto, cuanto más alto se escale en una pirámide de poder, menos individuos encontraremos en los peldaños paralelos. Cuanto más estatus consiga una mujer, menos hombres encontrará en su campo de visión con un estatus igual o superior al de ella misma.
4- El instinto masculino funciona de una manera muy diferente. No es hipérgamo, por lo que a un hombre el estatus de una mujer poco y nada le importará. Por consiguiente, los pocos hombres que la mujer profesional encuentre con un estatus superior al de ella misma, puede que no la encuentren atractiva, o que por corolario de sus altos estatus tengan a muchas otras mujeres a su alcance sexo-afectivo. Habrá, por supuesto, muchos hombres con un menor estatus al de ella que sí la desearán. Estos últimos serán invisibles para sus ojos. La Hipergamia no perdona.
5- Por consiguiente, cuanto mayor sea el estatus alcanzado por una mujer, mayor será la sensación del falaz espejismo que reza "ya no hay hombres". La frase es, en resumidas cuentas, una proyección inconsciente de la Hipergamia.
Este fenómeno es muy sencillo de entender:
1- La Hipergamia, ya sea como cualidad genéticamente heredada o como tendencia cultural femenina, lleva a la mujer a desear para sí a un hombre de mayor estatus que ella misma; el hombre de mayor estatus al que pueda aspirar dentro de su campo de visión.
2- Una mujer que lleva adelante una carrera profesional, se encontrará un día con que ella misma ha llegado a un alto nivel de estatus socio-económico.
3- Dado que ella ahora es percibida por sí misma y por su contexto inmediato con un alto estatus, sus posibilidades de encontrar a un hombre de mayor estatus que ella misma, de acuerdo al anhelo intrínseco de su Hipergamia, se reducen considerablemente. En efecto, cuanto más alto se escale en una pirámide de poder, menos individuos encontraremos en los peldaños paralelos. Cuanto más estatus consiga una mujer, menos hombres encontrará en su campo de visión con un estatus igual o superior al de ella misma.
4- El instinto masculino funciona de una manera muy diferente. No es hipérgamo, por lo que a un hombre el estatus de una mujer poco y nada le importará. Por consiguiente, los pocos hombres que la mujer profesional encuentre con un estatus superior al de ella misma, puede que no la encuentren atractiva, o que por corolario de sus altos estatus tengan a muchas otras mujeres a su alcance sexo-afectivo. Habrá, por supuesto, muchos hombres con un menor estatus al de ella que sí la desearán. Estos últimos serán invisibles para sus ojos. La Hipergamia no perdona.
5- Por consiguiente, cuanto mayor sea el estatus alcanzado por una mujer, mayor será la sensación del falaz espejismo que reza "ya no hay hombres". La frase es, en resumidas cuentas, una proyección inconsciente de la Hipergamia.