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Ya que esta noche se presta para cosas tenebrosas y de terror, voy a contar algo que me pasó en una casa que queda en Santa Beatriz, justo en la esquina de Nicolás de Aranibar con Alejandro Tirado, una casa estilo art deco, algo antigua donde viví mi infancia.
Siempre se escuchaban ruidos y se veían sombras, se perdían las cosas, veíamos gente entrar y al final no encontrábamos a nadie. Una vez salimos todos de día y cuando regresamos por la noche, las luces de la casa estaban encendidas. En las noches se sentían ruidos de canicas rodando en el piso de la azotea, ya estábamos acostumbrados a ellos; pero un día se me ocurrió levantarme a husmear pues los ruidos no me dejaban dormir en paz, ya que se volvieron muy bulliciosos.
Así que me levanté, caminé por el largo, sombrío y cojudo pasillo que terminaba en una vieja puerta que conducía a la escalera directo hacia la azotea, subí con miedo y al mismo tiempo quería ver qué era eso que jodía todas las noches y ya ni siquiera mi padre hacía caso porque le importaba muy poco lo paranormal, así viviera un extraterrestre en el techo a él le daba igual... Pero a mí sí me importaba y mucho...Así que llegué al fin del último escalón de la dichosa escalera, abrí la puerta y nada. ¡No había nada! Me caí por las escaleras y al día siguiente no fui al colegio.
A ver si otro ente baneado de este foro se anima a contar algo de terror y que sea verídico, por favor, ah 


Siempre se escuchaban ruidos y se veían sombras, se perdían las cosas, veíamos gente entrar y al final no encontrábamos a nadie. Una vez salimos todos de día y cuando regresamos por la noche, las luces de la casa estaban encendidas. En las noches se sentían ruidos de canicas rodando en el piso de la azotea, ya estábamos acostumbrados a ellos; pero un día se me ocurrió levantarme a husmear pues los ruidos no me dejaban dormir en paz, ya que se volvieron muy bulliciosos.


